La cátedra reunida debajo del arbolito comentaba…. Tenemos más jugadores que el Manchester… y eso que rajaron a algunos y otros están lesionados…. Nos quedó chico el Predio, vamos a tener que comprar 20 hectáreas más para que entren todos….
El atardecer casi veraniego transcurría manso, mientras el largo trencito de jugadores corrían detrás de los árboles, de pronto se armó la movida, la cita: el comedor de la Nona Mari.
Todos de quintal a quintal y medio o más, el asador al costado de la entrada cuando los vio, empezó a “apantallar” las brasas, … eche más leña al fuego parrillero…. Gritó un camionero que pasaba por la ruta, adentro en la cocina se escuchaba el “chillido” de la cierra.
Gordon visiblemente hambriento le sacaba la tira de costilla al Comandante, el Comandante visiblemente sediento le tomaba el Blanco al Bolillo y en ocasiones el Norton Cabenet a Caballito, que estaba con Galdez y el Animador.
El Pájaro se trozó todo el menú de pescado y preparaba unas riquísimas ensaladas que revolvía el Comandante.
La moza no lograba coordinar con Gordon, cuando le traía las papas fritas ya se había comido la carne y cuando volvía con el asado, ya había devorado las fritas, no hubo caso, no lograron sincronizar en toda la noche; Gordon ofuscado no comió postre y miraba tristemente por televisión como Boca se despedía de la Copa.
El Animador proponía el 5to. y ultimo brindis, mientras el Pájaro hacia desaparecer el postre “Borrachito” de un cucharazo, pagaron y dejaron una buena propina para que la moza pueda hacerle media suela y tacos a sus zapatos que recorrieron miles de veces el trayecto parrillas plato de Gordon.
Luego más clamos y distendidos en la Sede todos pidieron café, menos el Pájaro que se “clavó” otro postre y recién allí se volvió a hablar de fútbol; moraleja …cuando hay hambre no hay fútbol que valga…
